Los orgasmos de las lesbianas

Si introduces en Google la palabra “orgasmo” encontramos 8.930.000 resultados relacionados, para “no tengo orgasmos” 3.940.000, “cómo conseguir un orgasmo” 358.000, “orgasmo lésbico” 722.000…. Lo que nos revela que el orgasmo interesa y mucho, y el de las mujeres lesbianas parece que vende más que el de las mujeres heterosexuales. Mención aparte tienen los resultados de la búsqueda en imágenes.

orgasmo2El verano pasado se daban a conocer los resultados de un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Kinsey (centro de referencia obligada sobre investigaciones del comportamiento sexual) confirmando que la cantidad de orgasmos dependen del género y de la orientación afectivo-sexual. Rápidamente el contenido de dicho estudio se convirtió en una “noticia viral” con titulares del tipo “Las lesbianas tienen más orgasmos que las mujeres heterosexuales”,  “Después de los hombres, las lesbianas son las que tienen más orgasmos”…

En el estudio se realizó una encuesta online a 6.151 mujeres y hombres, en la que tenían que responder sobre su género, orientación afectivo-sexual, cuánto tiempo había transcurrido desde su último orgasmo y la frecuencia de ocasiones en las que alcanzaban el orgasmo con sus parejas. Para el análisis de los datos se incluyeron las respuestas de 1.497 hombres y 1.353 mujeres que habían mantenido relaciones sexuales en los últimos 12 meses.

 

· Las mujeres heterosexuales el 63%.
· Las mujeres bisexuales el 58%
· Los hombres hetero-sexuales el 85.5%
· Los hombres homosexuales el 84.7%
· Las mujeres homosexuales alcanzan el orgasmo en el 73% de las ocasiones

Sexo lésbico

Los investigadores declaran que las mujeres lesbianas tienen más probabilidades de experimentar un orgasmo durante una relación que las mujeres heterosexuales o bisexuales.

Esto puede deberse a que el sexo lésbico dura más tiempo y que las mujeres están más cómodas y se sienten más familiarizadas con el cuerpo femenino, por lo que generalmente son más hábiles a la hora de provocar un orgasmo en sus parejas.

¿Las estadísticas son falsas?

Ante estos datos, parece que se habla y se sabe mucho sobre el orgasmo y más concretamente sobre el orgasmo lésbico. Sin embargo, aún siguen siendo muchas las mujeres, homosexuales y heterosexuales, que acuden a las consultas de psicólogos y sexólogos porque no tienen orgasmos o no saben si lo experimentan.

Estas mujeres ante resultados de estudios como el anterior se plantean: ¿Las encuestas mienten? ¿Es verdad que las demás mujeres tienen tantos orgasmos? ¿Soy la única que no tiene orgasmos y soy rara por ello? ¿Mis relaciones son peores por no tenerlos? ¿Si me “hago” lesbiana tendré más orgasmos? ¿Soy una “mala lesbiana” o no soy lesbiana porque no tengo orgasmos?  ¿Mi pareja o yo no sabemos hacerlo?

Los estudios estadísticos que miden la actividad sexual son muy complejos, ya que el proceso de recolección de datos y la metodología pueden estar afectados por muchas variables: la sinceridad de la respuesta, la deseabilidad social, las ideas o conocimientos del encuestado sobre el tema, el modo, el lugar o el medio en el que se formulan las preguntas, el tipo de muestra. Sin embargo, supuestamente la metodología estadística ha avanzado bastante y cualquier científico que se precie lo tendrá en cuenta y controlará. Por lo que en un principio, no habría ningún motivo para dudar de los resultados de las encuestas. Pero ojo, para sacar conclusiones deberemos tener en cuenta dichas variables y, sobretodo, leer la letra pequeña.

¿Soy la única que no tiene orgasmos?

En principio, casi cualquier mujer “físicamente sana” (sin alteraciones neurológicas, metabólicas o enfermedades crónicas) puede experimentar orgasmos en sus relaciones sexuales, cuando éstas son excitantes y se dan las condiciones para ello. Sin embargo, entre el 5 y el 40% de las mujeres españolas (no hay estudios concluyentes sobre mujeres lesbianas) no alcanzan el orgasmo y en el 95% de estos casos no lo consiguen por razones psicológicas. Es decir, existe un gran número de mujeres que no experimentan un orgasmo durante sus relaciones sexuales y eso no las hace raras, simplemente las hace tener una dificultad en su respuesta orgásmica, que suele superarse con algo de ayuda.

El erotismo, es decir, la forma en la que expresamos nuestra sexualidad, va a depender de la manera en que nos construimos como seres sexuados y cada individuo se “sexua” de un modo propio, único y distinto a todos los demás. Este es uno de los principios más asentados y confirmados de la Sexología, a través del cual se explica la variedad y la diversidad a la hora de expresar nuestra sexualidad. Y sin embargo, es uno de los principios más ignorados cuando hablamos de sexualidad.

…la necesidad o la imposición actual de alcanzar el orgasmo como finalidad única, convierte la relación erótica en una carrera de obstáculos.

En la construcción de nuestra sexualidad van a intervenir elementos biológicos, psicológicos y sociales. En qué medida o grado se hallen estos elementos y cómo se configuren entre sí es lo que hace que cada individuo cree su propia biografía sexual, que se halla en constante cambio. Como no existen dos individuos con genes, hormonas, cuerpos, pensamientos, sentimientos, educación, experiencias y expectativas sociales iguales, no existirán dos eróticas iguales.  Por lo que podría decirse que todos somos “raros” y/o diversos.

Carrera de obstáculos

La necesidad o la imposición actual de alcanzar el orgasmo como finalidad única convierte la relación erótica en una carrera de obstáculos que requiere: precisión y esfuerzo, don de abandonarse, capacidad necesaria para que se dé el placer.

El objetivo del encuentro erótico es la unión, la intimidad, el placer y no el orgasmo. Si en mis relaciones disfruto, si no me generan malestar y si hago lo que quiero con quien quiero, mis encuentros son tan buenos y válidos como los de cualquier otra persona con o sin orgasmos. El orgasmo sería la guinda del pastel, es el cierre casi perfecto. Pero no es el pastel.

Capacidad para conseguir un orgasmo

Del 50 al 75% de las mujeres no tienen orgasmos durante el coito pero sí en otras circunstancias. La capacidad para conseguir orgasmos no depende de la orientación afectivo-sexual, sino de las prácticas sexuales y todo indica que las prácticas entre lesbianas son más apropiadas para que la mujer alcance el orgasmo.

No se es lesbiana por tener un orgasmo con una mujer, ni se deja de serlo por no tenerlo. La orientación afectivo-sexual no viene determinada por el número de orgasmos sino por el sexo al que se dirige tu deseo y sentimientos.

¿Mi pareja o yo no sabemos hacerlo?

Cuando una mujer tiene dificultad para alcanzar el orgasmo, y sobre todo, en relaciones homoeróticas, es rarísimo que sea porque bien ella o su amante no saben “hacerlo”.

Que una mujer no experimente el orgasmo durante una relación sexual viene determinado por un cúmulo de factores y no única y exclusivamente por desconocimiento o ignorancia.

Para alcanzar un orgasmo es cierto que necesitamos conocer nuestra anatomía, saber qué es lo que nos excita y qué no, cómo nos excitamos, cuáles son las reacciones de mi cuerpo ante el placer y cómo evolucionan… y si es posible que nuestra amante también lo sepa; pero no es lo único que necesitamos. Además necesitamos dejarnos llevar, no tener miedo a perder el control, no obsesionarnos con conseguir el orgasmo, haber tenido una educación sexual no represiva, no dejarnos llevar por actitudes negativas hacia la sexualidad, no haber vivido experiencias sexuales traumáticas, no tener expectativas desmedidas o ansiedad anticipatoria, que mi autoestima esté bien, hacerlo con quien y cuando quiero, encontrarme bien emocionalmente…

…saber si estamos dentro de los estándares es una necesidad básica humana.

La necesidad de saber si estamos o no dentro de los estándares, es decir, de si nuestras experiencias sexuales son como las de las demás, obedece a una necesidad básica que todos los humanos tenemos.

Queremos pertenecer y pertenecemos cuando sentimos que otros son iguales a nosotros. Pero en lo que a sexualidad se refiere, como ya he dicho más arriba, no hay dos mujeres iguales. Por lo que basar nuestra sexualidad sobre criterios de “normalidad” nos puede hacer caer en la trampa de descalificar como “anormal” todo aquello que no nos permitimos, que desconocemos, que no hemos experimentado o simplemente no nos gusta. Sin olvidar que la normalidad solo sirve para el que se la plantea.

Texto: Ana Adán | Sexóloga

Artículo de MagLes magazine #16 (pgs. 36-39)

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